Fragil
01:28 03-03-2004 SONATINA
La princesa esta triste.. Que tendra la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa esta palida en su silla de oro;
esta mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardin puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la duen'a dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufon.
La princesa no rie, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libelula vaga de una vaga ilusion.

Piensa acaso en el principe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueno orgulloso de las perlas de Ormuz?

Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de Mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcon encantado, ni el bufon escarlata,
ni los cisnes unanimes en el lago de azur.
Y estan tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

Pobrecita princesa de los ojos azules!
Esta presa en sus oros, esta presa en sus tules,
en la jaula de marmol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragon colosal.

Oh, quien fuera hipsipila que dejo la crisalida!
(La princesa esta triste; la princesa esta palida.)
Oh vision adorada de oro, rosa y marfil!
Quien volara a la tierra donde un principe existe
(la princesa esta palida; la princesa esta triste),
mas brillante que el alba, mas hermoso que Abril!

"Calla, calla, princesa" -dice el hada madrina-,
"en caballo con alas hacia aqui se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor..."

Ruben Dario